La Vaca Sagrada

4472

Querido amigo de mi alma, hay ciertas cosas en la vida que naturalmente son sagradas, 126_la vaca sagradamejor dicho intocables para cualquier persona sensata. Una de ellas es nuestra querida madre, su ternura nos acompaña por muchos parajes importantes
de nuestra vida, y una de las imágenes que representa esta madre sagrada es cuando ella está dando de lactar a su hijo. La leche de la madre es un milagro que Dios ha creado y es especialmente buena para formar todos los tejidos del primer desarrollo del ser humano.
La leche materna y el beneficio de sus propiedades es algo indiscutible, así como el beneficio de la leche de la vaca.

La vaca como animal doméstico figura en la tradición védica como otro miembro de nuestra familia. No solamente su leche es sagrada, también lo es su orina que es antiséptica y el estiércol que al quemarse no emana vapores tóxicos y es utilizado exclusivamente en ceremonias de fuegos tradicionales. Este animal que nos conforta tanto, es por supuesto un alma espiritual, es especial, es tan bondadoso que sólo come pasto, y nos da leche, mantequilla clarificada (ghee), quesos kumis y yogurt. Los lácteos a menudo están presentes en nuestra alimentación, y es muy común que en grandes cenas podamos encontrarlos también.

En la India, el concepto de la madre es muy sagrado. La ternura que tiene de alimentar a sus hijos con la leche de sus pechos es considerado un acto único y amoroso. Es también por esta razón que la vaca reciba el título de madre en la civilización védica, y resulte bastante difícil entender que una persona bondadosa, como sucede en el occidente, pueda matar a la madre vaca para comerla.

Hoy en día, la industrialización se enfoca en la explotación de las vacas (y otros animales), apartan al ternerito recién nacido de su madre, lo ponen en una pequeña jaula en la que ni siquiera pueden moverse, lo alimentan con preparados llenos de químicos para que engorde rápido, para que tenga la carne blanca y suave, y meses después los comercializan como carne de ternero. Es así que somos desagradecidos con las vacas, después que ellas continúan durante toda nuestra vida alimentándonos con su leche y sus maravillosos subproductos.

De modo que, ¿no merecen ellas una protección adecuada para una vida dichosa, en virtud de lo cual han de ser alimentadas en el campo con suficiente cantidad de pasto? ¿Por qué habrían los hombres de matar a las vacas por sus propósitos egoístas? ¿Por qué no habría de estar satisfecho el hombre con cereales, frutas, y leche, que, combinados, pueden producir cientos y miles de sabrosos platos?

La protección de las vacas es muy importante y debe ser apoyada por los gobiernos y por supuesto, por todo individuo dentro de sus posibilidades. La única forma de parar esta tremenda violencia hacia las vacas y demás seres vivientes, es dejando de consumir carne de animales. No falta gente que comete crímenes y que no puede comprender que todo lo malo que hacen, todo el dolor que ellos causan a otras entidades vivientes va a volver hacia ellos para tener que vivirlo en carne propia, a través de las reacciones del karma que les llegará en esta misma vida o en las próximas. Todos los que manejan y participan en la matanza de animales, la venta y preparación de carne, pescado y huevos, son en realidad personas que necesitan saber cómo es obtenida la fuente de su trabajo, y si uno puede ayudarlos convirtiéndolos en vegetarianos como lo propone la Revolución de la Cuchara (http://larevoluciondelacuchara.org)

Para proteger a las vacas y tenerlas como miembros de la familia en el campo, tendría que pagarse un valor elevado por la leche y los productos lácteos, porque es el alimento más fino que existe, solo así la gente se animaría nuevamente en mantener su propia vaquita. Eso es misericordia, es un lujo tener unas vaquitas en la casa. Los gobiernos y movimientos protectores de los animales deberían organizar Goshalas, (sitios de refugio para vacas) en donde se cuiden animales que no estén dedicados al trabajo ni a la producción de leche.

Existen grandes áreas de terreno que no se prestan para cultivos, pero donde las vacas pueden vivir tranquilas. Es solamente un asunto de organización, de querer hacer las cosas correctas como a Dios le gusta, se requiere tener conciencia de que la vaca es sagrada, para que todo el mundo se esfuerce en participar. Lo mismo ocurre con la agricultura orgánica pues la madre tierra es otra de las madres sagradas y al envenenarla con químicos sólo producimos enfermedades.

Las alteraciones de la ingeniería genética, las mafias de las semillas adulteradas, todo esto son ofensas contra la ley de Dios y se paga con la pérdida de nuestro propio bienestar como hijos de la tierra, es por este mismo sistema de explotación que los veganos dejan de consumir productos lácteos.

Primero que todo, debemos ver que Dios es el creador y mantenedor de todo. Los seres vivos, la materia y todo lo demás tiene su origen en el Señor Supremo. En otras palabras, todo es una manifestación de Sus diferentes energías. Por lo tanto, todo está conectado al Señor. Respeta a la vaca sagrada y a todas las demás entidades vivientes, y vuélvete un vegetariano activista, quien está dispuesto a defender a la madre vaca y a la madre Tierra. Así serás un ecologista consecuente. El hombre envanecido por el dinero ha perdido toda la sensibilidad y mata animales por billones, como dijo León Tolstoy: “Mientras hayan mataderos también habrán campos de batalla”.

Fuente: Colección Sabiduría Védica
Autor: Swami B.A. Paramadvaiti

Compartir
Artículo anteriorLa Última Moda
Artículo siguienteEscuela de Yoga Inbound