Espiritualidad o Marihuana

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Tienes que tomar una decisión: vida espiritual o marihuana. Conozco algunas personas que 154_espiritualidad o marihuanapretenden tener ambas sin saber que esto no es posible. Para acercarnos a Dios sólo necesitamos la apertura de nuestro corazón, para así poder comprender ese mundo que nos espera y en donde siempre supimos que está el verdadero conocimiento y amor. No necesitamos más, sólo nuestra determinación de pedir misericordia y dejar de lado las cosas que nos alteran la conciencia y la percepción del mundo, como la marihuana u otras drogas.
Hablo especialmente de la marihuana, ya que es una droga muy popular. Los consumidores se excusan diciendo: es natural, es hierba, es sagrada, se puede fumar, tomar, usar en diversas formas, es divertida, etc. Pero la verdad es que únicamente altera la conciencia.
La sustancia activa causa daños muy graves para nuestro desarrollo. Por más corto que sea el tiempo que la fumes, aún así entrarás en un estado de minusvalidez, dañarás tu memoria, dañarás tu fuerza de voluntad y te volverás vulnerable a las depresiones.
Muy a menudo ocurre que las defensas de los consumidores bajan y sus capacidades mentales y físicas son dañadas. Sin embargo, lo peor de la droga, desde mi punto de vista, es que uno deja de cumplir hasta con los seres queridos y si tú dejas de cumplir con tu esposa, con tus hijos, con tus hermanos, con tu mamá y tu papá, significa que ya has perdido toda vergüenza, únicamente por disfrutar.

El amor por otros, por los seres que nos rodean, por la naturaleza y, ni que decir, el amor por Dios, aquel que todo lo creó y sustenta la Creación a cada instante, vale muchísimo más que la marihuana. Esto de creernos parte de algo muy “en onda”, de pensar que estamos bien porque estamos sintiendo unas alteraciones muy agradables, esas ganas de no molestar a nadie, ni a nosotros mismos y descansar, dormir, comer, disfrutar, todo esto únicamente nos lleva a que, de manera progresiva, nos ocupemos sólo en actividades para nuestro propio disfrute y que no desarrollemos un verdadero sentido de ayudar a alguien más, el velar por el otro, disfrutar del trabajo en comunidad o el apoyarnos en otras personas para encontrar esa armonía social que deseamos tanto. Nada de lo que desarrollemos en nuestra vida diaria estará relacionado con brindar ayuda desinteresada a los demás si no conseguimos elevarnos por encima de los gustos y caprichos que tenemos regularmente, lo cual empeora si este gusto es un droga como la marihuana.

Ganarse la vida haciendo adictos a los demás es la historia de los traficantes, pues el mejor negocio del mundo es tener clientes adictos a tu producto. Los mismos gobiernos caen en la trampa y para ganar más dinero ellos apoyan el alcohol, el cigarrillo e, ilícitamente, también la droga, porque son negocios donde la gente es engañada muy fácilmente, gracias a la dependencia que le generan estos productos. Luego, es lastimoso ver que muchos llegan a perder su familia, su buen trabajo, su profesión, sus capacidades, sus aptitudes y todo, por el beneficio de unos aprovechadores y por un disfrute tan fugaz como un pestañeo.

Hay que ser consciente de la situación. Si entras en un avión y ves que el piloto del avión está fumando marihuana ¿vas a sentarte tranquilo en el asiento diciendo: “¡Huy! vamos a volar bien alto”. Uno sabe que no puede confiar del todo en una persona que no tiene los pies en la tierra, en su propia realidad y consciencia, por estar bajo el efecto de un estimulante como la marihuana. Quienes se intoxican han elegido algo que los aleja de la salud, los aleja del bienestar, de un verdadero entendimiento de Dios y que además los mete en lo más profundo de la modalidad de la ignorancia, donde oscurece la verdadera comprensión de lo que somos capaces. De ahí no se sale tan fácilmente, ya que cuando se está tan profundamente hundido, luego salir es una tarea extraordinaria. Vemos a muchas personas, a veces amigos o conocidos, los cuales van a la cárcel por traficantes o por simplemente tener droga para su consumo; incluso hay quienes entran al manicomio por haber perdido sus facultades mentales, por culpa de haber abusado de la droga; también vemos morir a algunas personas por la desesperación de drogarse un poco más, tan sólo por un instante más de ese disfrute fugaz; así como también hay personas haciendo cosas que no se pueden ni siquiera contar. En Perú, sucedió un caso que es muy común. Había un señor que puso en la publicidad de la prensa: “Vengan, buen trabajo para chicas”. Las chicas venían y él les daba una droga en la comida y en el té. Las chicas pasaban dos, tres días en el lugar y se hacían adictas a esa droga, y luego él las mataba lentamente. Inicialmente todo era gratuito, después, para pagar el suministro de la droga, a la cual ya las había hecho adictas sin que se dieran cuenta, las mandaba a prostituirse y ellas accedían debido a la adicción.

Ahora, ¿cuánta gente del mundo se prostituye para pagar la droga? ¡Muchísima! Esto es real. No hay ni una pizca de desarrollo espiritual, nada de avance o progreso en ningún sentido, no hay luz en ese camino, y si llegase a aparecer algo de luz deberá usarse para aceptar que uno se ha vuelto adicto y que debe bajar de ese vuelo. El volverse consagrado a esa gran misión de amor verdadero, el cual no es pasajero, vale la pena. Como una opción: te invitamos a una verdadera experiencia mística, pero ven con plena determinación y por favor no consumas drogas. Mi apelación es a tu corazón, algo grande, algo precioso, como conocer quién es Dios y por qué estamos en este mundo como humanos, para así poder llegar al gusto más superior de todos, que es amarlo y servirlo.

Muchas cosas uno puede hacer en la vida, pero se arruina al elegir la intoxicación, eso sí es lo peor que puedes escoger porque para llegar a amar de verdad y para llegar a Dios la droga no es un ingrediente, sólo necesitas la misericordia y la puedes tener sólo deseándola y poniendo una buena disposición. Existen muchos métodos, pero una vida limpia y pura es lo primero que debemos anhelar. Para hacer crecer esa fuerza yo te recomiendo cantar los Santos Nombres de Dios:

Hare Krishna Hare Krishna
Krishna Krishna Hare Hare
Hare Rama Hare Rama
Rama Rama Hare Hare

Tú no eres este cuerpo y por toda acción hay una reacción, tú eres responsable por lo que haces no puedes culpar a los demás. Todo lo que tú eres es lo que has producido, ya sean las cosas buenas o las menos favorables. El llamado espiritual es fuerte, y la realidad negativa actual es así porque no hay muchos que quieran conocer ni servir a Dios.

Comienza la lucha y acéptala, más vale tarde que nunca. Agradece que pudieras escuchar estos mensajes antes de que algo malo sucediera en tu hogar o en algún aspecto de tu vida. Todas las cosas que existen, como las drogas y las tentaciones, existen justamente porque nosotros decidimos elegir entre si queremos a Dios o si queremos drogarnos y vivir una vida de ilusión.

Hay plantas en todos lados, hongos y muchas cosas de la naturaleza que pueden ser utilizadas para ayudar a nuestro cuerpo como medicinas o anestésicos para operaciones, etc., al fin y al cabo todo esto fue creado por Dios y todo es benéfico según su uso. Pero utilizarlo para vivir un disfrute efímero de ilusión y de alteración innecesaria de nuestros sentidos es lo más triste. Un gran sabio y maestro espiritual llamado Srila Prabhupada dijo: “Cante el Santo Nombre y siga volando para siempre sin nada de sustancias artificiales”.

Lo invitamos a cantar y a estar siempre con Dios, el Señor del corazón que nos regala demasiadas maravillas para sentirnos felices. Intente salir de este camino de vicios,y que estas palabras sean aquellas que lo saquen de ese oscuro hueco en donde no hay nada bueno para nadie. Que alegría poder vivir en el amor de Dios siempre, en comunidad, no solos, sino juntos. Sólo
queda decir. que aprovechemos la misericordia de Dios y el gran amor que nos da a cada uno de nosotros.

Fuente: Colección Sabiduría Védica
Autor: Swami B.A. Paramadvaiti